Pediatría

Muchos papás/mamás vienen a consulta de fisioterapia pediátrica con dudas sobre si su bebé padece estreñimiento, o cómo pueden solucionarlo; ya que éste es un problema que puede llegar a ser angustioso para los padres al ver que su bebé, por más que lo intenta, no es capaz de defecar.


En esta entrada te vamos a explicar qué es el estreñimiento del lactante, cómo diferenciar si el bebé tiene realmente estreñimiento o no y qué podemos hacer para ayudarlo.


Vamos por pasos…



¿Qué es el estreñimiento?

Según los criterios del informe Roma III, descritos en 2006, se define como: “lactante o niño menor de 4 años con al menos 2 de los siguientes criterios”:


  1. 2 o menos defecaciones/ semana

  2. Al menos 1 episodio de incontinencia fecal en niños que ya van al baño

  3. Defecación dolorosa o heces duras

  4. Retención excesiva de heces

  5. Presencia de fecaloma en el recto (acumulación de heces)

  6. Heces voluminosas

  7. Falta de apetito en los periodos en los que el niño está sin defecar


¿Es realmente estreñimiento?

Para saber si tu bebé realmente padece de estreñimiento, lo que deberás valorar es cada cuánto hace caca, y cómo son las heces una vez las expulsa. Si éstas son duras, estaremos hablando de estreñimiento, pero si son blandas, será lo que llamamos pseudoestreñimiento.


Es decir, no sólo influye el tiempo que esté sin hacer caca, si no que las características de la misma también son relevantes para el diagnóstico.


En niños alimentados con leche materna, pueden estar varios días sin defecar, sin que ello suponga un problema. Esto se debe a que la leche materna tiene muy pocos desperdicios, y el bebé aprovechará al máximo todos sus nutrientes.


También debemos diferenciarlo de la disquecia del lactante: trastorno funcional en bebés menores de 6 meses, que se caracteriza por episodios de esfuerzo y llanto y que terminan con la expulsión de heces blandas o líquidas. En este caso, el bebé hace un gran esfuerzo, pero no porque le cueste movilizar las heces, si no porque aún no ha aprendido la secuencia correcta de aumento de presión abdominal + relajación del suelo pélvico para poder defecar. Por lo general, este problema se resuelve por sí solo, cuando el bebé aprende a hacerlo de forma correcta.



Causas del estreñimiento:
  1. Generalmente se debe a una inmadurez del sistema digestivo

  2. Puede deberse a estenosis anal

  3. Puede ser por intolerancia a la lactosa/caseína

  4. Alimentación con leche de fórmula con alto contenido en aceite de palma

  5. Ingesta insuficiente de líquidos con la lactancia artificial (recuerda que con la materna no es necesario dar agua extra entre tomas ni nada por el estilo)

  6. Cambios en la alimentación -> un momento muy típico en el que suele aparecer estreñimiento en bebés es alrededor de los 6 meses, cuando se empieza a complementar la alimentación con semisólidos (papillas, purés, etc.). También puede aparecer estreñimiento al incorporar al niño a la dieta familiar


Cuándo acudir al pediatra:
  1. Si hay sangre en las heces

  2. Distensión abdominal (abdomen muy hinchado)

  3. Bradicardia (disminuyen las pulsaciones)

  4. Pérdida de peso rápida

  5. Acompañamiento de otros síntomas como: náuseas, vómitos, dolor…

Ante cualquier duda, siempre recomendamos que acudas al pediatra para que valore al bebé. Así os quedaréis más tranquilos y os puede ayudar cambiando la fórmula que le dais en caso de lactancia artificial, por otras que sean más aptas para vuestro caso o dando pautas sobre hábitos, alimentación, etc.


También os recomendamos acudir a vuestro fisioterapeuta pediátrico, ya que os puede dar muchos consejos de cómo ayudar a vuestro bebé a movilizar las heces y estimular el tránsito intestinal.



¿Qué podemos hacer para solucionarlo/mejorarlo?
  1. Cambio del tipo de leche si es lactancia artificial

  2. Dar agua entre las tomas con la lactancia artificial, sobre todo si es verano o estamos en un ambiente muy seco

  3. Masaje abdominal -> existen técnicas específicas de masaje para relajar la tensión en la región abdominal y ayudar a evacuar las heces.

estreñimiento_lactante


Si tu bebé padece estreñimiento o crees que puede tenerlo, no dudes en acudir a fisioterapia para aprender estas técnicas y otras pautas para realizar en casa.

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Pediatría

Hoy en día, seguro que has oído hablar de los cólicos del lactante. Sin embargo, cuando tenemos un bebé delante, las dudas surgen: ¿llora porque tiene cólicos?, ¿Por qué los tiene?, ¿qué puedo hacer para calmarle?, y un largo etc. Da igual si es tu primer hijo, el segundo o el tercero, ningún bebé es igual y las dudas surgen siempre.


En esta entrada queremos hablarte de qué son los cólicos del lactante, cómo podemos saber si realmente son cólicos o sólo son gases, cómo aliviarlos y mucho más. Si estás esperando un bebé o acabas de tener uno, te aconsejamos que leas detenidamente este post, ya que es un problema muy frecuente (entre un 15 y un 40% de los bebés son diagnosticados de cólicos) y que a los papás os trae mucho de cabeza.



¿Qué son los cólicos?

La Asociación Española de Pediatría, define los cólicos como “un síndrome caracterizado por un grupo de conductas en relación con una alteración gastrointestinal, que genera una serie de molestias y que el niño expresa con el llanto”.


No se trata de una enfermedad en sí, si no de un conjunto de síntomas derivados de esa alteración en el sistema digestivo del bebé.


Las buenas noticias: es un trastorno transitorio (se resuelve a los 4 meses de edad) y es benigno. Sabemos que los papás lo pasáis muy mal escuchando el llanto de vuestro bebé, pero pensad que es la única manera que tiene de comunicarse y de hacer que los adultos nos fijemos en él o ella. Si en vez de un llanto fuerte fuese otra cosa, posiblemente no les haríamos tanto caso y pasaría desapercibido que hay algo mal en ellos (¡la naturaleza es muy sabia!)



¿Por qué se producen?

Las causas de los cólicos del lactante no están del todo claras, y parece que se trata de un síndrome multifactorial (varias causas a la vez). El nerviosismo de los padres, la alteración en las rutinas, la depresión postparto, etc. Pueden influir en la presencia de este trastorno.


Lo que sí parece estar más validado, es que se deba a una inmadurez del sistema digestivo del bebé, haciendo que las digestiones sean más pesadas y produzcan más gases. Es por este motivo que, con el tiempo, el problema se resuelve por sí solo.


Los cólicos se dan tanto en bebés con lactancia materna exclusiva como los alimentados con lactancia artificial.



¿Cómo sé si mi bebé tiene cólicos?

Debemos tener una cosa clara y es que no siempre que el bebé llora es por cólicos, y no siempre que tiene gases son cólicos. Debemos diferenciar entre ambos, y esto es algo que os explicamos mucho en consulta.


Los criterios para diagnosticar el cólico son:


  1. Bebé de menos de 4 meses.

  2. Presenta momentos de irritabilidad con llanto de forma brusca. Suelen parar del mismo modo.

  3. El llanto es diferente al normal y no se calma con nada (ni dándole de comer, ni cambiando la postura, etc.)

  4. El bebé se pone rojo y aparece rigidez en tronco o en extremidades (hipertonía)

  5. Suelen adoptar una postura antiálgica con flexión de piernas.

  6. Se repite siempre sobre la misma hora del día, siendo más frecuente a últimas horas de la tarde.

  7. El llanto dura unas 3 horas al día.

  8. Se repite al menos 3 veces a la semana.

  9. Este proceso dura un mínimo de 3 semanas. Según la bibliografía que consultes, la duración puede variar.

Por tanto, como ves, son muchos los requisitos para diagnosticar de cólicos y, muchas veces, cuando decimos que nuestro bebé tiene cólicos, “solo” son gases (que también les puede provocar malestar y habrá que tratarlos).


Además, debemos diferenciar estos episodios de otras patologías que puedan compartir síntomas, como el reflujo gastroesofágico, intolerancia a la lactosa, estreñimiento, otitis media, etc. En caso de tener dudas, lo mejor es que acudas a tu pediatra y a un fisioterapeuta pediátrico para que valoren el caso.



¿Qué puedo hacer yo en casa?

Nuestro primer consejo es: ¡no desesperes! Recuerda que es un proceso por el que pasan una gran cantidad de bebés y que con el tiempo se solucionará.


Mientras tanto, hay varias cosas que puedes hacer en casa para ayudar a calmar a tu pequeñ@, tanto si son cólicos como si son gases:


  1. En el momento de la crisis de llanto, prueba a ponerlo boca abajo sobre tu antebrazo, de forma que la cabecita quede girada a un lado en la flexura de tu codo. Esta posición suele calmarles.

  2. También puedes probar a cogerl@ y dar pequeños botecitos.

  3. Si durante el día practicas el porteo, estimularás su intestino con los movimientos de vaivén, haciendo que le resulte más fácil evacuar.

  4. En el momento de masaje, prueba a hacer algunos pases en la zona abdominal. Si no sabes cómo hacerlo, nosotras te podemos ayudar.

  5. Cuando le cambies el pañal, aprovecha la postura para flexionarle las piernas sobre el abdomen, esto facilita la expulsión de gases.


Tratamiento

En la clínica, nuestra labor como fisioterapeutas pediátricos pasa por hacer una entrevista a los padres para recoger la mayor cantidad de información posible. Luego valoraremos al bebé de forma global y analítica, y posteriormente pasaremos al tratamiento.


Éste consistirá en liberar todas aquellas estructuras que puedan estar relacionadas con el sistema digestivo, empezando desde el cráneo (porque, aunque siempre os resulta curioso a los papis, es ahí donde se inicia la actividad). También os damos siempre pautas para que las pongáis en práctica en casa, puesto que es donde va a estar la mayor parte del tiempo y consejos para prevenir/aliviar las molestias.



También nos ocurre mucho que, cuando llegáis a consulta, habéis probado todo cuanto “remedio casero” haya, incluido el que hacían nuestras madres o, incluso, nuestras abuelas. Nuestro consejo es que esos remedios no siempre son buenos e, incluso a veces, pueden ser contraproducentes. En este caso, aconsejamos visitar la página web e-lactancia.org, donde encontrarás mucha información sobre qué podemos darles a los bebés y qué debemos evitar, incluido lo que puedes tomar tú si estás con lactancia materna.

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