Embarazo, Postparto
Ayer hizo una semana de unos de los días más felices de mi vida, pero seguramente del día más intenso.

El miércoles 16/03/2022 a las 06:53 nació Antía, y como algunos ya sabéis las cosas no fueron como esperábamos.

Para que os pongáis en situación el martes me encontraba perfectamente, fui a la piscina con el otro peque y estuve haciendo mis ejercicios de movilidad, fui a caminar con el perro y notaba alguna contracción no dolorosa, pero nada que me hiciese pensar que me iba a poner de parto.

Esa noche estuve con mucha acidez, pero esto era algo común en este embarazo y pensé que sería porque había cenado demasiado.

Sobre las 05:00am empecé con contracciones, vómitos, descomposición y perdí el tapón mucoso. Las contracciones eran muy intensas y muy frecuentes, así que desperté a mi pareja para decirle que nos teníamos que ir al hospital, porque pensé que algo no iba bien. Había leído mucho sobre partos y estaba saltando de una fase a otra, no pensé que estaba frente a un parto precipitado.

PARTO PRECIPITADO
La expresión “parto precipitado” o “parto exprés” suele utilizarse para describir partos donde todo acontece rápidamente, menos de tres horas desde el inicio del trabajo de parto hasta el nacimiento del bebé. Tan rápido que en muchos casos no da tiempo a llegar al hospital, pudiendo acontecer el parto en trayecto en el coche o taxi, en la calle o en casa, por eso a veces se llamaba parto “extramuros” en referencia “a fuera del hospital “. Enlace.
No quería asustar a mi otro peque, así que preparamos su bolsa para que lo viniese a buscar su abuela. Mientras David me convenció para darme una ducha calentita, me puso un audio de hipnoparto y me guio las respiraciones.

En la ducha me estuve moviendo, dejándome llevar por como me pedía ponerme el cuerpo, me concentré mucho en la respiración (era tal el dolor que me costaba respirar) y recordé todos los mantras que había estado diciéndome esos días, esto hizo que bajase mi situación de estrés y me evadiese un poco.

Mientras estaba en la ducha vino la abuela a por el peque y fijaros que ella me vio bien, no pensaba para nada que en menos de 30 min iba a ser abuela.

Le dije a mi pareja que teníamos que irnos, que me ayudase a vestirme y nos íbamos para el hospital, pero justo al salir de la ducha rompí aguas. Las contracciones ya no me permitían moverme, me hacían gritar, era incapaz de mantenerme erguida, mi cuerpo me pedía estar flexionada hacia delante con los brazos apoyados.

Después de un par de intentos y David viendo que casi no era capaz de articular palabra, llamó al 061 y yo ahí tuve un momento de lucidez en el que le dije “La niña está saliendo, prepárate porque no va a llegar la ambulancia a tiempo”. Después de tres contracciones y mientras estábamos con el 061 al otro lado del teléfono Antía decidió salir al mundo.

Por suerte su papá tuvo la suficiente sangre fría para cogerla, recordarme que respirase y envolverla rápido en una mantita para pasármela. Yo estaba en shock, pero con un subidón hormonal y él hecho un mar de nervios.
En el momento que la cogí, vi que estaba llorando y que todo estaba aparentemente bien me puse a llorar porque estaba muy asustada, aunque estaba con un subidón tremendo. No me dolía absolutamente nada, todo lo contrario, el expulsivo fue un alivio tremendo y me sentía muy bien.

Cuando llegó el 061 pinzaron el cordón y nos llevaron en ambulancia al hospital, donde me valoraron a mí y a la peque que estaba en mis brazos.

En mi caso expulsé la placenta en el hospital y revisaron que todo estaba ok. Tuve un desgarro Grado I y me administraron oxitocina. Tuve un sangrado justo después del alumbramiento de la placenta.

En el caso de la peque, nació con 2,7kg y todo ok, pero decidieron dejarla en neonatología al ser un parto extramuros y tenía un pelín alto el hematocrito, probablemente por tardar en clampar el cordón y le pusieron suero.

Me permitieron hacer piel con piel durante un par de horas y luego la llevaron a Neonatos.

La suerte es que, al no recibir anestesia, yo me encontraba fenomenal y pude estar con ella para darle el pecho y mimarla. Lo único que me molestaba eran los entuertos, del primero no recuerdo tenerlos, pero en este si que tuve y eran molestos.

Todos los que me conocéis sabéis que quería un parto respetado, pero no me imaginaba que fuese así, ya que siempre me pareció fundamental el apoyo de un@ matron@ y si fuese necesario un equipo médico.

Por suerte no paso nada, para mí el parto fue un 10 pero repito ojalá ese 10 en el hospital y bajo vigilancia.

Aprovecho desde aquí para dar las gracias a todos los profesionales sanitarios que nos atendieron esos días, se portaron de 10 con nosotros y nos ayudaron mucho con la lactancia. ¡Muchas gracias!

Ahora estamos bien, ya hemos asimilado lo ocurrido y disfrutando muchísimo de los peques.

Creo que Antía ha venido a recordarme que soy más fuerte de lo que parece y también a sanar algunas de mis heridas del pasado 👨‍👩‍👧‍👦❤️.

Muchas gracias a todos por vuestros buenos deseos y vuestras felicitaciones en estos días ❤️❤️.
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Embarazo

Siguen pasando las semanas y llegamos a la semana 29 de gestación, lo que marca el inicio del tercer y último trimestre del embarazo.

Sin duda, este trimestre viene marcado por una preparación física y mental para la fecha más esperada desde hace meses: el día del parto.


El fin de una etapa:

En cuanto pensamos que estamos ya en el último trimestre, parece que entramos en una cuenta atrás hasta el día del parto. Sin embargo, mi consejo es que intentes no agobiarte con esto y disfruta del camino hasta ese día. 

El tercer trimestre está lleno de cosas buenas: los movimientos del bebé ya forman parte de tu día a día, la barriguita ya se nota claramente (aprovecha para presumir de ella), muchas mujeres cogen la baja laboral (creo que debería ser obligatoria para disfrutar el embarazo y aprovechar a cuidarse), etc.

Cuando llegan los últimos días antes de la fecha de parto, muchas mujeres (incluida una servidora) notamos una cierta nostalgia pensando en que se acaban los días en los que notaremos a nuestro bebé dentro y que la barriguita pronto desaparecerá. Aunque también entiendo que haya mujeres que no la vayan a echar nada en falta, sobre todo si tienen molestias tipo pubalgia, ciática, sacroileítis, etc.

Por eso digo lo de aprovechar al máximo el camino y no sólo pensar en la meta final del parto (por supuesto todas acabamos pensando en ese momento y tampoco es malo querer estar preparada)


Las pruebas del tercer trimestre:

Si has leído las entradas anteriores de los trimestres previos de embarazo, o si tú misma estás en el proceso, ya te imaginarás cuáles son las pruebas generales de esta fase.

¡Has acertado! De nuevo repetimos con una analítica de sangre y de orina. En este caso, se valoran los factores de coagulación, entre otras cosas, para prevenir posibles complicaciones de cara al parto. Además de otras cosas que ya se valoraron en las anteriores analíticas, como los valores de hierro por si hay anemia.

Otra prueba que se hace en este trimestre es la del estreptococo. Si vas por la seguridad social tu matrona te dará cita para realizar esta prueba (si vas por privado te la hará tu propio ginecólog@ en alguna de las revisiones). Consiste en coger una muestra con un palito por vía vaginal y por vía anal para analizar si hay presencia de esta bacteria en la zona.

En caso de ser positiva la prueba; es decir, si la bacteria está presente, te dirán que el día del parto te tienen que poner antibiótico para evitar una posible infección del bebé. Por el resto, no tiene mayor repercusión ni debe ser motivo de preocupación.

En cuanto a las ecografías, se suele hacer una alrededor de la semana 35, donde se mira si el bebé está en posición cefálica (cabeza abajo), podálica (de nalgas) o transversa. Además de valorar, como siempre, que el desarrollo vaya como se espera.

A partir de aquí, los controles serán más frecuentes según se vaya acercando la fecha prevista de parto.

En mi caso, estos últimos controles los hice ya por el privado, con lo que no puedo comentaros mucho sobre cómo se realizan en la seguridad social.

Por mi experiencia, en el privado realizan monitores una vez a la semana a partir de la semana 37 de gestación (lo que se considera un embarazo a término, con lo que puede nacer cuando él/ella quiera a partir de entonces)

Para esto te mandarán estar tumbada unos 20-30 minutos con unas cintas puestas alrededor de la barriga sujetando dos sensores. Uno de ellos recoge el latido del bebé y el otro si hay contracciones uterinas o no. Luego lo verá tu ginecólog@ para ver que esté todo bien.


Las últimas semanas:

Yo siempre digo que he tenido un embarazo de libro y firmo por tener otro igual (cuando venga) y es que no lo he podido llevar mejor.

Sin embargo, las últimas semanas se hacen un poco cuesta arriba.

Por un lado, toda la energía que tenías hasta el momento empieza a abandonarte, junto con mayores dificultades para dormir, que hacen que estés echa polvo por el día. En mi caso, lo que mejor me funcionaba era echarme una siesta reparadora después de comer. Te recomiendo que lo pruebes, merece la pena.

Por otro lado, llega un momento en el que ya estás deseando conocer a tu bebé y parece que todo lo rápido que se pasó el embarazo, ahora se ha ralentizado para hacer estas últimas semanas las más largas de la historia. Pero tranquila, el día llega sí o sí, así que mejor no agobiarse. Recuerda que necesitamos la oxitocina (la hormona del bienestar) para el parto y nada de estrés.

Llegados a este punto, sólo puedo decirte que tengas paciencia y combines momentos de actividad con otros de descanso, ya que ambos son igual de necesarios para llegar en las mejores condiciones posibles al parto.


El síndrome del nido:

Y hablando de actividad, ¿te has notado que de repente tienes la necesidad de lavar de nuevo toda la ropita del bebé, de limpiar la casa de arriba a abajo, limpiar ventanas, desmontar y montar muebles, reordenar el armario, etc?

Vale, igual estoy exagerando un poco. Pero es cierto que muchas mujeres caemos en esta necesidad de limpiar más de lo habitual y de tener todo preparado para cuando llegue el bebé a casa.

Si a ti también te pasa, tranquila, es muy habitual y tiene un nombre: el síndrome del nido le llaman, ya que sería como si preparásemos nuestro nido para nuestra cría. Al fin y al cabo, somos mamíferas y tenemos una parte animal.


Se acerca el parto:

Y, si, inevitablemente, es el momento de pensar en el parto. Habrá mujeres que prefieran tener todo controlado (aunque bajo mi punto de vista eso es imposible) y otras preferirán ir con la mente abierta sin pensar mucho en lo que pueda pasar.

Sea como sea, a lo que sí que te animo es a que te informes sobre el proceso del parto (tampoco te tienes que volver una experta en la materia) y que tengas claro cómo te gustaría que sea. Pero ¡ojo!, sin obsesionarse ni disgustarse si algo no sale como nos lo habíamos imaginado. Siempre pueden darse circunstancias que nos hagan tener que cambiar algo de nuestro plan de parto, lo importante es que estés informada y puedas decidir sobre ello sintiéndote bien, sin remordimientos.

Seguramente hayas hecho o estés haciendo las clases de preparación al parto que dan en el hospital donde darás a luz (creo que ahora ya se han retomado en todos los sitios, porque durante la pandemia se cancelaron prácticamente todas). 

Mi consejo es que aproveches estas clases para consultar todas las dudas que tengas sobre ese día, ya que así irás más tranquila al tener una idea general de lo que va a pasar.


Ya solo me queda desearte mucha suerte y que disfrutes en la medida de lo posible de la experiencia tan especial que es traer una nueva vida.

Somos mujeres, somos madres y somos fuertes. 

Puedes con eso y con mucho más. Piensa que no es el final de algo, si no el inicio de una nueva etapa, una que durará toda tu vida: la maternidad.


Por mi parte, me despido por el momento. Viviré mi propio parto y espero poder contaros la experiencia dentro de poco. ¡Ánimo para mí también!

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Embarazo

Todas hemos oído hablar de las famosas náuseas, los mareos, el reflujo o los cambios en la postura durante el embarazo. Pero existen otros síntomas que pueden aparecer durante la gestación y que no son tan conocidos. Incluso yo me encontré con síntomas que no tenía ni idea de que podían estar relacionados hasta que los padecí durante mi embarazo (algunos hasta el final del mismo)


  • Por eso he titulado la entrada de hoy del Diario de una fisio embarazada, “síntomas curiosos en el embarazo” Si quieres saber cuáles son estos síntomas, que puede que incluso hayas tenido o tengas sin haber pensado que se debían a tu estado, quédate leyendo el resto de este post.



  • Sangrado de nariz

  • Empezaré por este síntoma, ya que fue casi el primero que tuve yo. De niña yo era propensa a que me sangrara la nariz, pero hacía muchos años que no me pasaba. Así que cuando una noche estando de muy pocas semanas, mientras dormía, noté esa sensación que había tenido tantas veces de niña, me hizo pensar que era raro que me pasara así sin más. Luego, informándome un poco, vi que durante el embarazo podía sangrar la nariz debido a la mayor vascularización de las mucosas en este período.


    Y así estuve casi todo el embarazo, con sangrados recurrentes, aunque no tan intensos ni frecuentes como al principio . 

    Reconozco que de todos los síntomas que podía tener este es un poco incordio pero se lleva bien, no me voy a quejar.


    Rinitis gestacional

    Siguiendo por síntomas relacionados con la nariz, y otro que también me tocó a mí, es la rinitis gestacional. De repente, empiezas un día a estornudar sabiendo que no estás resfriada y ves que esto se convierte en costumbre según van pasando los días. Pues bien, es otro síntoma relacionado con el embarazo.


    En mi caso se me daba por estornudar por las mañanas y por las noches, y el resto del día lo pasaba totalmente normal. Tampoco es que me pasara 2 horas seguidas estornudando, pero sí pasé de no estornudar prácticamente nunca (no tengo alergias y no suelo coger catarros con facilidad) a tener varios estornudos seguidos, sobre todo por las noches.


    Pues leyendo un poco sobre el tema, parece ser que es bastante habitual esto de la rinitis en el embarazo. Puede aparecer en forma de estornudos, como me pasó a mi, o con congestión nasal, mucosidad o picor.


    Detrás de este “problema” están de nuevo nuestras amigas las hormonas, por lo que es algo pasajero, ni siquiera se mantiene durante todo el embarazo.


    Cambios en la vista

    Algunas embarazadas perciben cambios en su visión durante la gestación, a veces para mejor y otras para peor. Por este motivo, es mejor que si necesitas cambiar de gafas lo hagas antes o después del embarazo. Incluso, parece ser que estos cambios pueden permanecer después de dar a luz.


    Mayor frecuencia urinaria

    Sé que este es un síntoma del que todos hemos oído hablar, pero quizá lo que no sepas es que no sólo ocurre al final del embarazo, cuando el bebé y el mayor tamaño del útero presionan sobre la vejiga. 


    En las primeras semanas de embarazo también notarás que vas muchas más veces al baño. Esto es debido a la revolución hormonal que se produce en esta etapa. Además, el volumen sanguíneo aumenta, por lo que los riñones tienen que trabajar más para filtrar, lo que se traduce en que estarás cada dos por tres en el baño, incluso por las noches.


    Es un poco latoso, sobre todo si eres dormilona como yo y estás acostumbrada a dormir toda la noche del tirón a pierna suelta; pero te acabas acostumbrando.


    Sueños/ pesadillas por las noches

    Esto es algo que no había escuchado ni leído en ningún sitio antes de quedarme embarazada. Pues bien, este “síntoma” tiene su explicación, y es que al despertarnos con mayor frecuencia por las noches es más probable que nos despertemos mientras estamos soñando, lo que hace que nos acordemos de dicho sueño. 


    Conclusión: no es que soñemos más, si no que nos despertamos más veces.


    Calambres:

    Para mí uno de los síntomas más molestos de esta lista.


    Cuando por fin consigues dormir plácidamente, aparecen los calambres para despertarte con ese dolor tan característico que te recorre el gemelo y la planta del pie. Encima, no viene uno sólo sino que incluso te pueden dar varios seguidos, uno tras otro, con lo que quedas dolorida incluso al día siguiente.


    Intenta estirar bien la musculatura de la cadena posterior de la pierna para intentar evitarlos en la medida de lo posible.


    ¿Zapatos pequeños o pies grandes?

    Puede que notes que los zapatos que usabas normalmente empiecen a apretarte y ya no te resulten tan cómodos. No es que los zapatos hayan encogido ni tus pies crecido, pero sí suele haber una retención de líquidos que, por acción de la gravedad, se van hacia abajo quedándose en la zona de los tobillos y los pies.


    Por lo que si lo necesitas, no te preocupes y compra una talla más. También te aconsejo que vayas a tu fisio habitual, comprobarás que puede hacer mucho por ti en este aspecto. Un buen drenaje te puede ayudar a aliviar la sensación de pesadez y a eliminar ese líquido retenido.


    Pérdida de memoria

    Empezarás a necesitar una agenda para apuntar todas las cosas de las que no quieres olvidarte. Cuando antes eras una máquina acordándote de la lista de la compra o de tareas que tenías pendientes, ahora tendrás despistes tontos que no sabrás cómo han podido suceder.


    Tranquila, es totalmente normal y no eres la única en esta situación. De nuevo, las hormonas parecen ser las culpables, junto con una mayor preocupación por otras cosas que antes no estaban ahí.
    Tu cerebro empieza a funcionar como el de una madre, priorizando tu cuidado y el de tu hijo y dejando de lado otras cosas que hasta ahora ocupaban ese lugar.



    La buena noticia es que estos síntomas son pasajeros, así que ten algo de paciencia. Cuando tengas a tu bebé en brazos verás que todo ha merecido la pena.

    Por otro lado, quiero hacer hincapié en que si tienes cualquier síntoma que te preocupe o que no sepas si puede tener relación con tu embarazo, acude a tu médico o ginecólogo.

    ¿Cuántos de estos síntomas has tenido tú estando embarazada? ¿Se te ocurre alguno más que no haya mencionado aquí?

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Embarazo

El segundo trimestre del embarazo pasa muchas veces desapercibido.
Es una etapa de mayor calma, de empezar a disfrutar del embarazo; pero aún sigues haciendo tu vida habitual, con lo que apenas percibes cambios. Pero sí los hay.


El primero de todos, y el que muchas mujeres están esperando con ansia desde el comienzo del embarazo, es que los molestos síntomas del inicio suelen remitir o disminuir en intensidad.


Otro cambio importante es que la barriguita, poco a poco, va cogiendo forma y empieza a crecer. Si no lo has hecho ya, es importante que vayas cogiendo conciencia de tu postura para evitar dolores de espalda cuando el tamaño sea ya considerable.


¿Nos vamos de compras?

Una vez que la barriga empieza a aumentar, seguramente te plantees comprar ropa premamá (y una vez que empiezas es probable que la tentación supere las necesidades reales).


En mi caso, por si te sirve de ayuda, lo que compré fueron unos pantalones y unas mallas premamá (esta compra sí que te la recomiendo, porque aunque ahora no te parezca que te hacen falta, lo harán; además de que al final las mallas son lo más cómodo y casi no te las quitarás, o al menos eso fue lo que me pasó a mí).
Del resto de ropa no me molesté en comprar nada específicamente de premamá (que suele ser más cara), si no que simplemente cogía ropa un poquito más ancha de lo habitual o una talla o dos más, en previsión del aumento de la barriga.


Algo que sí te aconsejo para comprar también son sujetadores sin aros, ya que ya habrás notado que el pecho cambia mucho en el embarazo y puede estar sensible. Por tanto, mejor no comprimirlo; además agradecerás no tener algo súper apretado a la altura de las costillas- diafragma para poder respirar mejor. Si tienes pensado dar lactancia materna, puedes aprovechar ya a coger sujetadores de lactancia, que suelen ser más cómodos.


Y, por ultimo, una buena compra, pueden ser unas braguitas cómodas sin costuras. Las hay especiales de embarazo, que hacen un pico hacia abajo en la zona anterior para dejar espacio a la barriga. No son lo más bonito del mundo, pero se trata de estar cómodas en el día a día, sin nada que comprima.


Las pruebas del segundo trimestre:

En cuanto a las pruebas, en este trimestre te volverán a hacer una analítica de sangre y orina, acompañada en esta ocasión de la famosa prueba de O’Sullivan.


Es una prueba un tanto engorrosa, puesto que debes tomarte el brebaje dulzón a base de glucosa con supuesto sabor a naranja o limón y esperar una hora para que hagan la analítica para ver los valores de glucosa en sangre.
El líquido es una botellita que te tienes que beber en cosa de 10 minutos, no es que sea ninguna maravilla para el paladar; pero tampoco es nada asqueroso. Sin embargo, es cierto que a algunas mujeres les produce un cierto malestar (como si te hubieras mareado en el coche) y algunas pueden, incluso, llegar a vomitar. En este último caso, habrá que volver a repetir la prueba.


Te aconsejo que vayas acompañada a la prueba (aunque ahora no pueda pasar otra persona contigo al centro de salud, puede quedarse esperando fuera) por si no te encuentras bien durante el proceso o a la salida.


Esta prueba, por lo que sabemos de lo que nos cuentan nuestras pacientes en la clínica, no se hace igual en todos los sitios. En algunos hacen una extracción de sangre antes de tomar el jarabe y otra pasada la hora, y en otros sitios, como fue en mi caso, sólo lo hacen tras la hora.
También hay diferencias en cuanto a las pautas que dan sobre si hay que desayunar antes de la prueba o no. Por lo que he ido leyendo, por lo general se recomienda tomar un desayuno ligero (así me dijeron a mí) para evitar que la glucosa caiga tan mal en el estómago. Tampoco desayunes toda la bollería habida y por haber o tostadas con mantequilla y mermelada y el café con su buena dosis de azúcar, ya que esto puede hacer que te de alta la glucosa en la prueba.


En caso de que de alta, habrá que volver a repetir la prueba. Pero esta vez, en lugar de ser una hora serán 3 horas.


Siguiendo con las pruebas, en este trimestre se realiza la ecografía más importante del embarazo (si es que hay alguna más importante que otra). Se trata de la ecografía morfológica, que se hace en la semana 20.
En ella miran que todos los órganos y todas las partes del feto se estén desarrollando como se espera que lo hagan. Suele ser un poquito más larga que las otras ecografías porque “miran todo con lupa” y comprueban que todo está en su sitio y funciona correctamente.
Si hasta ahora no te han dicho el sexo del bebé, es muy probable que en esta ecografía sí te lo digan.


Empiezo a notar a mi bebé:
En este trimestre empezarás a notar las primeras pataditas del bebé. Si, como a yo, no tuviste síntomas en el primer trimestre, notar estos movimientos te hará por fin ser consciente de que estás embarazada y que tienes un ser vivo desarrollándose en tu interior.
A partir de aquí, te será más fácil saber si la cosa va bien y te irás haciendo a la rutina del peque, que se moverá más en determinados momentos del día, repitiendo el mismo patrón día tras día.


Al principio estas pataditas serán muy sutiles y cada mujer las describe de una forma distinta (como burbujas, mariposas, etc.) A veces pensarás incluso que fueron imaginaciones tuyas o que se trataba de gases.
Poco a poco irá cogiendo fuerza y las patadas se notarán cada vez mejor, hasta que no tengas dudas ningunas de que tu bebé va a ser futbolista de mayor.


Algo curioso es notar el hipo del bebé, que lo tienen ya desde el embarazo y es muy habitual también los primeros meses de vida. Yo al principio lo notaba como un latido fuerte, rítmico, hasta que me di cuenta de que era su hipo. Ahora se mueve toda la barriga a su compás.


Época de tranquilidad:
Ya han pasado unas cuantas semanas desde que supiste que estás embarazada, por lo general ya habrás contado a la gente cercana la gran noticia, y aún queda bastante tiempo por delante hasta el día del parto. Es por esto que este trimestre suele ser bastante tranquilo emocionalmente.


Sin embargo, mi consejo es que aproveches estos meses en los que te encuentras mejor para ir preparándote para la fase final. El tiempo vuela y más adelante lo agradecerás.
Si no has empezado con clases de ejercicio para embarazadas, es un momento genial para hacerlo porque tendrás más energía y disposición para mantenerte activa. Además, me parece que estas clases tienen un plus súper importante, que es poder juntarte con otras mujeres en el mismo estado que tú y poder compartir con ellas dudas, curiosidades, información, etc. 
Te puedo asegurar, por experiencia con nuestros grupos, que incluso se forman auténticas amistades.


También puedes realizar alguna valoración de fisioterapia o tratar esas molestias que empiezan a aparecer (no las dejes pasar, porque sólo irán a peor)



¿Tú como te has sentido este segundo trimestre? ¿Has aprovechado para hacer aquello que sabes que más adelante te supondrá más esfuerzo?

 

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Embarazo, Suelo Pélvico

Hoy os vamos a hablar sobre la Diástasis Abdominal, ¿sabes lo que es? Se define como la separación de los rectos del abdomen cómo consecuencia de un daño en el tejido conectivo que los mantiene unidos. El recto del abdomen es un músculo plano que va desde el pubis hasta el borde inferior de la caja torácica y la apófisis xifoides. Realiza flexión de tronco, pero también es un músculo postural muy importante.

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Embarazo
Hoy os quiero hablar sobre un tema del que ya llevaba un tiempo queriendo hacerlo y es sobre las ecografías 4D o las ecografías emocionales. Entendiendo estas ecografías como un servicio privado, fuera del propio seguimiento del embarazo.

Sé de primera mano que muchas estáis optando por buscar este servicio durante vuestros embarazos, así que creo que es algo que os interesará.

Como a muchas de vosotras, me está pasando que “por motivos del COVID” (y lo pongo entre comillas porque sigo sin entender por qué en algunos sitios lo permiten y en otros no; pero es un tema que daría para mucho y no me voy a liar ahora con ello) no dejan entrar a las parejas/acompañantes a las ecografías y consultas ginecológicas del embarazo.
Entiendo que haya que extremar las precauciones para evitar contagios (nosotras mismas hemos tenido que adoptar medidas y disminuir el aforo en nuestra clínica), pero me parece realmente una faena que dejen fuera de todo este proceso a las parejas, que al fin y al cabo, son tan responsables de la criatura que se está formando dentro de la barriguita como la propia embarazada. ¡Si antes estaban relegados a un segundo plano, ahora ya ni eso!

Pero reivindicaciones a parte, yo tenía claro que quería implicar a mi pareja en todo este proceso y que pudiera experimentar esa emoción que se siente al ver a tu bebé en directo aún cuando no ha nacido, y escuchar su potente latido, como si de una locomotora de tren se tratara.
Es por esto que decidí regalarle por navidades una sesión de ecografía 4d, en la que él pudiera entrar y disfrutar de ese momento.

Es verdad que hasta entonces no me había planteado la idea de ir a una de estas ecografías, pero aprovechando las fechas y la situación me decidí a probar.

¡Y, la verdad, estoy muy contenta de haberlo hecho!

No sé si a vosotras también os pasará, pero por muchas ecografías que hagas, siempre parecen pocas para ver la carita de tu bebé; sobre todo cuando se ve tan bien y con tanta claridad como en las ecografías 4d. Y poder ver sus gestos, cómo se mueve dentro de tu barriguita, ¡e incluso como abre los ojos! Es una experiencia muy bonita, y si el papá no ha podido verlo más que en fotos sacadas de ecografías (que por mi experiencia se suelen ver bastante mal) entenderéis que hasta se le pueda escapar alguna lagrimilla.

Para quienes no sepáis muy bien como funciona o estéis dudando en si hacerla o no, os cuento un poco: se trata de una sesión de una media hora aproximadamente en la que te harán la ecografía, dando tiempo a que el bebé pueda hacer piruetas y podáis verlas en directo. Incluso si está dormido o, como en mi caso, no está por la labor de desperezarse, esperarán un poco u os animarán a caminar un rato para intentar que se mueva algo más y lo podáis ver en toda su plenitud.
No se trata de una prueba diagnóstica, así que no esperéis que os digan datos sobre el estado de salud del bebé, pero sí os podrán decir datos como en qué posición se encuentra o cuanto pesa.
Se suele realizar entre la semana 26 y la 31 para que se vea lo mejor posible, por lo que os recomiendo que pidáis cita con suficiente antelación para poder tener disponibilidad en esa franja de tiempo.
La principal ventaja es que puede ir el papá y también los hermanos mayores (si los hay) o algún otro familiar. El aforo dependerá de cada sitio, así que acordaros de preguntar cuántos podréis estar en la sala si queréis invitar a más gente.

Se trata de un servicio privado, no es excesivamente caro; pero tampoco es barato (supongo que también dependerá de donde vivas y la oferta que haya en la zona). Mi recomendación es que miréis en varios sitios y comparéis precios. En mi caso la cogí con una oferta de internet y me salió muy bien de precio. El servicio en sí es similar en todos los sitios, al menos hasta lo que yo vi.

Saldréis de allí con un montón de fotos de vuestro bebé (hoy en día las suelen dar en formato digital) y una sonrisa de oreja a oreja por haber podido estar un ratito admirando todo lo que es capaz de hacer ya vuestro pequeñ@. Cuando enseñéis las fotos a los familiares y amigos, será inevitable que empiecen ya los primeros comentarios sobre a quién se parece más de los dos.

En definitiva, las ecografías 4d o emocionales (es decir, las que no son hechas en el hospital como seguimiento del embarazo propiamente dicho) son un recurso al que nunca le había dado mayor relevancia, pero por la situación que estamos viviendo creo que son una buena manera de implicar un poquito más al papá y/o la familia y poder disfrutar de una experiencia única.
Hasta el momento, no conozco ninguna embarazada que se haya hecho una y haya quedado descontenta o se haya arrepentido de hacerla.
Así que os animó a que lo probéis si tenéis la oportunidad.
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Embarazo

Si estás embarazada o acabas de ser mamá seguro que alguien te ha recomendado el uso de faja abdominal o de cinturón pélvico.


¿Sabes cuál es la diferencia entre ellas? ¿Qué deberías utilizar?



¿Qué es el cinturón pélvico?

El cinturón pélvico de descanso es una cincha de material elástico y regulable que se coloca por detrás a la altura del sacro y por delante por encima de la sínfisis púbica, es decir, ejerce presión a nivel óseo. Favorece la estabilidad, soporte y mejora la postura de nuestra pelvis.



¿En qué se diferencia de la faja abdominal?

La faja abdominal comprime todo el abdomen, lo que se traduce en un aumento de presión en el suelo pélvico. No permite la movilidad y trabajo de la musculatura abdominal, por ello puede tardar más en recuperarse con su uso e incluso debilitarse aún más. No debe utilizarse, salvo que te la paute un profesional sanitario (diastasis abdominales, hernias importantes…).



¿Cuándo es recomendable el uso del cinturón pélvico?

  1. Embarazo

    A partir de la semana 30 de embarazo puede ser un buen aliado si sufres un dolor persistente en el pubis o en la zona de las articulaciones sacroilíacas y vas a estar mucho tiempo en bipedestación o caminando.


    También puede ser recomendable si sufres problemas circulatorios (varices).


  2. Postparto

    Hay profesionales que lo recomiendan utilizar las primeras 8 semanas postparto, mientras esté presenta la relaxina (hormona que favorece la elasticidad y flexibilidad de los tejidos durante el embarazo y el postparto), mientras que otros sólo lo recomiendan los primeros días.


    Los primeros dos días es aconsejable utilizarlo el mayor tiempo posible, después puede reducirse su uso a largos períodos de tiempo de pie o paseando.


    Aporta estabilidad y proporciona una postura correcta de la pelvis, además de que te permitirá respirar mejor y previene un aumento de presión en nuestro suelo pélvico.


    El cinturón pélvico te protegerá, facilitando el cierre de las articulaciones de la pelvis y hará que poco a poco tus músculos y tu pelvis vuelvan a recuperar el tono. Por el contrario la faja abdominal ejerce una presión en todo el abdomen, debilitando todavía más la musculatura y aumentando la presión sobre el suelo pélvico.


  3. Incontinencia urinaria de esfuerzo, prolapso, cirugías abdominales/pélvicas y deportistas

    Protege el suelo pélvico de las hiperpresiones, además de corregir la postura de la pelvis.


    Aporta estabilidad y protección en deportes hiperpresivos o en trabajo que requieran cargar, arrastrar o empujar peso.


    En algunos casos de incontinencia de esfuerzo o de prolapsos, el cinturón puede ayudar a disminuir los síntomas o prevenir que vaya a más.



¿Cómo se coloca el cinturón pélvico de descanso?

Se coloca a nivel óseo, por debajo de las espinas iliacas, quedando por encima del pubis y de la articulación de la cadera.


Puedes colocarlo por encima de la ropa o por debajo.


No debe cubrir el abdomen ni la zona lumbar.



Dolor de pubis

Se coloca desde la parte anterior a posterior.


 



Dolor en las articulaciones sacroilíacas

Se coloca desde la zona del sacro hacia el pubis.


 


Utilízalo sólo cuando sea necesario, cuando tengas molestias o vayas a estar mucho tiempo de pie o caminando.


Esperamos que os pueda servir de ayuda, y si teneis alguna duda estaremos encantadas de responderos.

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Embarazo

Por fin llega el día en que hacemos un test de embarazo y ¡sorpresa! Es positivo. En este caso, empezaré esta entrada felicitándote y deseando que todo te vaya muy bien de aquí en adelante.


En este momento seguramente sentirás un montón de cosas diferentes: alegría, emoción, nervios, preocupación…


Aquí se inicia lo que yo llamo “el primer trimestre de embarazo consciente” (consciente porque luego te dirán que llevas más tiempo a vistas de los médicos, para poder contabilizar la fecha prevista del parto). En las primeras consultas, estarás repitiendo constantemente la fecha de tu última regla, e incluso es probable que te digan que, aunque sepas perfectamente qué día te bajó tu última regla, ellos van a tomar de referencia otro día. Esto es lo que posteriormente aparecerá en tus informes como FUR.


Este es, sin duda, el trimestre con más cambios y también el más temido (debido a que en este tiempo es cuando más frecuentes son los abortos espontáneos). De hecho, muchas mujeres deciden no compartir la noticia de su embarazo hasta pasado este trimestre, hacia la semana 12, cuando se hace la primera ecografía obligatoria y donde se valora que todo vaya bien (pero de esto hablaremos en un momento).


Personalmente, yo le tenía mucho respeto a este trimestre. En la clínica escucho con mucha frecuencia historias de abortos en las primeras semanas del embarazo (créeme cuando te digo que es mucho más frecuente de lo que realmente se dice, solo que muchas veces es algo de lo que no se habla y no se comparte, aunque creo que esto es un error). Admito que esto me hizo ser un poco reticente al principio y no respiré tranquila hasta la ecografía de las 12 semanas.


Pero casi sin que te des cuenta llega esa primera fecha importante: la semana 12. Puede que hayas tenido ya esos primeros síntomas de embarazo (náuseas, vómitos) o puede que te pase como a mi, que lo único que te dice que estás embarazada realmente es el test y la ausencia de tu menstruación. ¡Ojo! No me quejo en absoluto de no haber tenido esos molestos síntomas, pero sí que pasan los días y te preguntas si todo seguirá adelante y está bien, porque realmente no notas nada (¿has tenido esa misma sensación?).


Otro síntoma muy común en esta etapa es el cansancio. Te duermes casi en cualquier lado y parece que lo único que haces es comer y dormir (al menos era la sensación que yo tenía). Esto es totalmente normal, ten en cuenta que tu cuerpo está trabajando a todo lo que da para albergar vida en su interior. En esta fase aún será tu cuerpo el que le proporciona alimento a ese nuevo ser y no la placenta, por lo que te recomiendo que intentes escuchar a tu cuerpo y le hagas caso en lo que te pida (¡sin pasarse con los bollos eh!), si necesitas echar siestas hazlo cuando puedas o intenta irte un poco antes para la cama. También es un buen momento para que empieces a alimentarte mejor y a beber más agua si crees que no es suficiente lo que bebes ahora.


Para mí, el inconveniente de este trimestre es que muchas veces no queremos que los demás sepan ya que estamos embarazadas, intentamos hacer vida normal como si no pasara nada en nuestro interior y creemos que, como estamos de muy poco, tenemos que llegar a todo como se espera que hagamos normalmente. Es un buen momento para que te apoyes en tu pareja (a lo mejor el único que sabe la noticia por el momento) y que te eche una mano en lo que necesites.


Antes de la ecografía de las 12 semanas te harán una analítica de sangre y orina, donde recogerán un montón de datos que, junto con los obtenidos en la ecografía, permite saber ciertas cosas importantes: en primer lugar si la mamá se encuentra en un buen estado de salud, también miran si hay alguna enfermedad que se pueda transmitir al bebé, valoran el riesgo de preeclampsia y el riesgo de que el bebé tenga alguna de las alteraciones cromosómicas más habituales (Síndrome de Down o de Edwars). Obviamente esto es una probabilidad, no un diagnóstico definitivo.


Hay mujeres que eligen hacerse a mayores un test genético prenatal, donde miran con más detalle posibles alteraciones cromosómicas y si realmente el bebé lo tiene o no. Esto no lo cubre ningún seguro privado ni la seguridad social, así que si quieres hacerlo tendrás que pagarlo (ya adelanto que no son precisamente baratos). Pero todo depende de la seguridad que quiera tener cada uno.


En mi caso como el riesgo me salía muy bajo, opté por no hacer ningún test a mayores.


Volviendo a la ecografía, he de confesarte que yo iba nerviosa (y mi pareja aún más). Supongo que el hecho de saber que él no me podía acompañar por todo esto del COVID tampoco ayudaba.


Por mucho que te expliquen lo que vas a vivir en ese momento, o lo vives o no te haces a la idea. Quiero decir que es algo para lo que no te puedes preparar. Escuchar el latido del corazón por primera vez o verlo moverse es algo increíble, es cuando realmente te das cuenta de que está creciendo una personita dentro de ti y por fin caes en la cuenta: ¡Estás creando vida!


Sales de allí como en una nube, con un montón de información que tu cerebro no es capaz de asimilar tan rápido que te la dicen, pero a ti te da igual porque por fin has podido ver a tu bebé, aunque no tengas muy claro qué era la cabeza y qué los pies.


Os contaré que en mi caso ya me dijeron el sexo del bebé (aunque insistieron en que habría que comprobarlo en la ecografía de la semana 20) y me lo dijeron sin haberme preguntado siquiera si estaba dispuesta a saberlo o prefería que fuera sorpresa. Como mi marido no podía entrar en ninguna revisión, yo había pensado en pedir que me lo escribieran para luego mirarlo juntos al mismo tiempo. Sin embargo, no pensé que me lo fueran a decir tan pronto, así que las palabras de la obstetra hablando con su compañera “mira, aquí tenemos a otro niño” me pillaron un poco de imprevisto. Ni siquiera me las dijo a mi directamente, así que tuve que preguntar: “¿has dicho que es un niño?


En fin, que esto del COVID está haciendo que se pierda un poco esa parte de humanización del embarazo y de poder compartirlo con tu pareja, pero si queréis podemos abrir debate respecto a este tema, ¡que da para mucho!


Y así, casi sin que te des cuenta, se habrá pasado el primer trimestre de embarazo. La buena noticia es que el segundo trimestre suele ser el mejor y, si has tenido los molestos síntomas del inicio, seguramente irán mejorando poco a poco.


Si quieres saber más sobre el segundo trimestre, o sobre otros aspectos del embarazo, sigue atenta a nuestro blog o síguenos en redes sociales para enterarte de todo lo que publicamos.


Ahora sólo me queda preguntar: ¿Tú cómo has vivido el primer trimestre? Me encantaría leer vuestras experiencias.


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Embarazo

Como muchos ya sabéis, nuestra fisioterapeuta Tania está embarazada.


Se nos ha ocurrido la idea de crear una nueva sección en el blog en la que os irá contando su experiencia personal de este proceso, además de daros su visión como fisioterapeuta que trabaja en su día a día en el campo de la maternidad y la pediatría.


Esperamos que os guste esta nueva sección, un poco más personal, pero que creemos también muy útil para aquellas que estéis pasando por un embarazo.


Os aconsejamos también, si os interesa este tema, que nos sigáis en nuestro Instagram (@dinamica_fisioterapia) donde publicamos además consejos, videos con ejercicios, productos que nos gustan, etc.


Os dejamos ya con la primera publicación de esta serie que iremos subiendo poco a poco.



Diario de embarazo: la búsqueda del embarazo

Lo primero de todo, quiero daros las gracias por todas las felicitaciones recibidas hasta el momento y espero que os gusten estas nuevas entradas al blog. Si tú también estás embarazada ¡Felicidades!, espero poder compartir contigo este proceso y que mis experiencias te puedan ayudar de alguna forma. También me encantaría poder leer las tuyas, ya que entre todas podemos ayudarnos y aprender.


Reconozco que no estoy acostumbrada a escribir de forma tan personal, así que estoy un poco nerviosa, pero como fisioterapeuta veo cada día a mujeres embarazadas que tienen numerosas dudas sobre el proceso del embarazo, parto, y maternidad en general y creo esencial poder crear una Tribu entre todas, donde podamos compartir experiencias.


A veces pensamos que lo que nos está pasando es algo raro, sólo nos pasa a nosotras, ¡y nada más lejos de la realidad! Si preguntas a otras madres seguro que encuentras a alguien a quien le haya pasado lo mismo o parecido. Recuerda: ¡no estás sola! entre todas podemos ayudarnos y todas hemos pasado miedos y situaciones de incertidumbre durante este proceso tan nuevo y de tantos cambios.


Me parece interesante deciros que, aunque tengo amplia formación en el campo de la obstetricia y pediatría, a mí también me surgen muchas dudas e inquietudes a nivel personal en cuanto a mi embarazo. Así que sólo puedo daros mi consejo: no tengáis miedo a preguntar lo que sea o a hablar con otras personas sobre lo que estáis viviendo, buscad ayuda cuando lo necesitéis (que todas lo necesitamos en algún momento).


También os quiero decir que confiéis más en vosotras, muchas veces nos vamos a la parte teórica y a un exceso de información y nos olvidamos que nuestro cuerpo está diseñado para ser madres. Así que a veces también es bueno dejarse llevar y evadirse un poco de nuestra parte más racional (en el parto esto es esencial).


Y ahora sí, me centro en el tema de hoy: la búsqueda del embarazo


Muchas veces sabemos que queremos ser mamás con antelación, nos vamos preparando para que el momento sea lo más idóneo posible: comprar coche con maletero grande para que, entre la sillita, tener una cierta estabilidad en el trabajo, preparar la casa para la llegada del bebé, etc. Pero, ¿y qué hay de nosotras mismas?.


Los profesionales de la salud recomendamos iniciar esta preparación para el embarazo con suficiente antelación (unos 6 meses sería ideal) para que nuestro cuerpo esté en las mejores condiciones posibles para cuando lleguen todos los cambios que se producen con el embarazo. Una dieta equilibrada, mantenerse activas, dejar malos hábitos como el tabaco, etc. Si esto se hace antes de quedarse embarazada, estaremos favoreciendo el proceso de concebir y que este embarazo empiece ya de la mejor forma posible (por supuesto, siempre pueden aparecer complicaciones ajenas a todos los esfuerzos).


También te sonará la importancia de tomar el ácido fólico durante el embarazo, pero la recomendación es empezar a tomarlo unos 3 meses antes de quedarte embarazada. Esto es importante para que el futuro bebé se desarrolle correctamente, y se forme de manera adecuada el tubo neural.


Igual que nos hacemos controles médicos rutinarios por otros motivos, no está de más hacernos un chequeo general para comprobar que todo está ok para quedarnos embarazadas: una revisión ginecológica y una analítica general serían suficientes. Si tienes alguna enfermedad que tengas que tener bajo control, también te recomiendo que te asegures que está controlada primero. Tampoco estaría de más que fueras a un fisioterapeuta de suelo pélvico para que valore el estado de esta musculatura, sobre todo si ya has tenido embarazos/ partos previos.


Si por el contrario no te ha dado tiempo a realizar estas revisiones antes de quedarte embarazada por el motivo que sea, ¡no te preocupes! Al inicio del embarazo te harán todos los controles necesarios.


Por otro lado, no quiero terminar la entrada sin dirigirme a aquellas parejas que estáis buscando el embarazo, pero que por el motivo que sea parece que tarda más de lo que teníamos en mente. Debemos pensar que esto no es un proceso mecánico, sino algo biológico y que no siempre llegará en cuanto lo queramos. Sé que la espera se hace eterna cuando se ha tomado la decisión y quieres que sea cuanto antes, pero hay que tener paciencia a veces. Mi consejo: ¡no os desaniméis, al final llega! Si lleváis varios meses sin conseguirlo, podéis acudir a vuestro ginecólogo y que valore el caso.


¿Eres de las que se han tomado su tiempo para prepararse para el embarazo o ha surgido sin preparación previa? Recuerda que durante el embarazo es muy importante mantener también un estilo de vida activo y saludable. De esto hablaremos en futuras entradas.

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Embarazo, Suelo Pélvico

Esta es la Semana Mundial por un Parto y Nacimiento Respetado, por eso hemos decidido hablar sobre ello en esta entrada



¿Qué es el parto respetado?

Hace referencia al respeto a los derechos de las madres, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Promueve el respeto a las particularidades de cada familia (etnia, religión, nacionalidad), acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.


El parto respetado implica generar un espacio familiar donde la mamá y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.


En la página de la asociación “El Parto es Nuestro” podéis encontrar más información, de hecho, realizan reuniones con frecuencia en muchas ciudades de España en las que puedes consultar tus dudas e inquietudes, o simplemente contar tu experiencia. Nos gusta mucho la definición que hace esta asociación de parto respetado, ya que no sólo habla del respeto a los derechos de la mujer y el bebé, si no de escuchar sus deseos y necesidades, y de respetar la fisiología del parto.



¿Cómo puedo conseguir un parto respetado?

Para nosotras es fundamental que durante el embarazo te informes y leas sobre lo que puede ocurrir en el parto, cuáles son las etapas, las sensaciones, qué puede pasar y qué intervenciones pueden o deben realizar los profesionales sanitarios que te acompañen.


También es muy importante que prepares tu cuerpo y tu mente para ese momento, llevar un embarazo activo y conocer tu cuerpo te ayudará a que lleves mucho mejor el proceso.


En la actualidad en nuestro país tienes la opción de realizar un Plan de Parto para expresar tus preferencias a la hora de dar a luz.



¿Qué es el Plan de Parto?

Este plan de parto es un documento en el que la mujer puede expresar sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas sobre el proceso del parto y el nacimiento.


Se realiza entre la semana 28-32 de embarazo, para ello puedes pedir información a los profesionales sanitarios que llevan tu embarazo o realizarlo por tu cuenta.


Os dejamos los enlaces del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad donde podéis encontrarlo: PDF


También el del SERGAS: PDF



¿Qué es el Plan de Parto?

Por desgracia, los números de intervenciones como cesáreas o episiotomías todavía son muy elevados si lo comparamos con las recomendaciones de la OMS.


Nuestra recomendación es que la mamá y el acompañante que ella elija lleguen muy informados y preparados al momento del parto, para poder en medida de los posible tomar decisiones.


También creemos que debemos deciros que el equipo de sanitarios que os toque va a tener un papel protagonista. Cada vez hay más profesionales que abogan por un parto menos instrumentalizado y más humanizado, pero todavía quedan algunos que pueden tomar decisiones dudosas o que incluso pueden menospreciar tus decisiones.


Por desgracia todavía nos llegan algunos casos de mujeres que sienten que nos les han dado las explicaciones oportunas, que no se han sentido comprendidas y que, cansadas y exhaustas, han dejado su parto en manos de los profesionales.


En la actualidad se habla mucho sobre el parto natural sin epidural y sin intervenciones, se habla mucho sobre todos los beneficios de la lactancia materna, pero no eres mejor ni peor si has tenido una episiotomía, una cesárea o si le das bibe a tu hijo.


Lo importante de todo esto es que tú te sientas libre para toma tus propias decisiones, no te culpabilices si las cosas no son como esperabas. La teoría no siempre se aplica, no hay un parto igual que otro, ni un embarazo igual que otro, ni una lactancia igual que otra, ni un bebé igual que otro…


Así que recuerda, haz lo que te plazca, ¡siéntete segura y JAMÁS te culpabilices por tus decisiones! Harás lo mejor para ti y para tu hijo/hija, y el resto no importa. Los demás no conocen vuestras circunstancias, por lo que no deberían opinar ni hablar de algo que no pueden saber.


Desde Dinámica fisioterapia te animamos a que busques información y preguntes todo lo que necesites para estar segura y tranquila. Y sólo nos queda decirte ¡lo estás haciendo genial!!

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